28 abril 2007

ANDHA A LUCHAR

“Díganle a mis hijos que voy a llegar tarde pa’ hacer almuerzo”.

Así versaban los gritos de las mujeres que habían sido detenidas minutos atrás, desde dentro de la micro de la policía militarizada.

De algún modo, esto es un símbolo de la lucha que están dando quienes no pueden acceder a un techo digno por culpa de los negocios entre el estado y los dueños del capital.

Es una pelea en la que a veces se tiene que sacrificar aquel abnegado cuidado que una madre tiene para con los suyos y su hogar, pero es una lucha necesaria en la que el pueblo trata de rasguñar algún atisbo de dignidad de esta dictadura oculta bajo la tantas veces vendida consigna democrática.

Insistimos que no hablamos aquí de exclusión, sino de marginalidad, pues como ya habíamos señalado en artículos anteriores, el sistema necesita de esta porción incluida, pero marginada, para abastecerse de mano de obra barata.

En este sentido, la bandera de lucha no es la propiedad, sino alcanzar una cuota de humanidad entre la voracidad que impone la sociedad del consumo.

Saludamos a los sin casa en esta batalla, pues mañana podremos decir, dignos y de frente, que nuestro hogar es tan grande como lo podemos imaginar.

Porque el mundo es nuestro… Salud y Anarquía !


PD: Por problemas técnicos, les debemos las fotos. Salud

08 abril 2007

La Piedra ¿Legítima o Legitima?

Mucho he mos oído los últimos días, de la infiltración del elemento LUMPEN en las recientes movilizaciones, e incluso que dichos indivi duos dirigen el curso de las mismas. Sectores llamados de izquierda afirman, a su vez, que esto significa un retroceso en la adquisición de legitimidad del movimiento antisistémico.

Sin embargo, Gráfica Rebelde reivindica esta forma de lucha callejera, pues representa el desapego al mundo ajeno que habitan.

Esto porque somos personas que nos encontramos totalmente inmersas en el sistema, pero con la conciencia que seremos los oprimidos del mañana ya que muchos de nosotros somos descendientes de familias obreras y explotadas, ya sea a través del trabajo indigno de nuestros padres, al servicio del patrón, o al recibir aquellas migajas de conocimiento que al gobierno tanto le acomoda llamar educación pública.

Es por esto que sentimos casi infantil la llamada “lucha” llevada a cabo por el partido comunista en contra de la exclusión (tanto así, que incluso reivindican la “humanización del capital ¡JA!), en circunstancias que la real lucha debería estar enfocada en salir de este mugroso sistema que nos asigna un rol de consumo sin que se nos de siquiera la posibilidad de tener el poder adquisitivo para alcanzarlo.

La piedra, en este sentido, representa un grito de impotencia contra la cultura del libre mercado impuesta. Sin embargo, actos como el apedreo a un hospital siguen sin tener justificación alguna.

No se trata de un error político, sino de una manifestación espontánea del descontento popular frente a un sistema represor.

Los edificios, las calles, los paraderos y todo, fueron construidos por los obreros, quienes tienen la suficiente legitimidad para destruir ese mundo ajeno y luego reconstruir un mañana hecho por ellos y para ellos.

Salud y Anarquía.



07 abril 2007

Locomoción Colectivizada

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Nuestra crítica al plan que busca modernizar el sistema de transporte público en Santiago, va mas allá de la denuncia a la poca frecuencia de los buses o al trato humillante que recibimos los usuarios, sólo comparado con los siniestros vagones cargados de hombres con rumbo a Auschwitz.

Aunque nos pusiéramos en el caso que Transantiago lograra superar sus debilidades como sistema, y satisficiera las demandas populares, nos encontraríamos frente al mismo dilema ideológico: La concentración de poder en manos de los mismos de siempre y la lógica capitalista de mercado para la entrega del servicio de transporte.

La oferta y demanda controlan la frecuencia y recorridos de nuestra locomoción “colectiva”, con el fin que tiene cualquier empresa (maximización de utilidades). Es lógico concluir, entonces, que un bus atiborrado de gente, es mas eficiente en sentido económico, pues el gasto para el empresario será menor que al tener 3 buses para el mismo número de personas. Los recorridos que pasan por los barrios periféricos y los que circulan de noche con poca afluencia de pasajeros, claramente no ofrecen una recaudación conveniente.

Por esto, siempre que se fije en términos de mercado un servicio que cubra necesidades básicas, los principales afectados seremos nosotros, o sea, quienes no tenemos el capital para costearlo.

Una posible demanda seria que el estado benefactor asumiera el riesgo de pérdida de las utilidades y estableciera recorridos, frecuencias y una cantidad de buses acorde a las necesidades de los usuarios, transformándose en una empresa estatal.

Como Anarquistas, no queremos un estado benefactor, en realidad no queremos ningún tipo de estado. Por eso proponemos no luchar por una locomoción “colectiva” digna, sino que por una Colectivización del transporte y demás servicios para la dignificación de la persona.

Salud y Anarquía