Muchas son las lecciones que se pueden rescatar del movimiento iniciado en aquel lejano 29 de abril, por los estudiantes de Derecho de la Universidad de Chile.
Quizás la mejor de ellas sea la desconfianza en aquellos que actúan desde las cúpulas. Aquellos que sólo operan escudados en el anonimato de las urnas.
Los estudiantes movilizados, nuevamente han dado una lección, una lección de amor y vocación por el servicio público, aquello que hace tanto nos enseñara Andrés Bello y que muchos, hoy por hoy, han olvidado.
Muchos como el Sr. Nahum y su camarilla, desvergonzados personajes de oscuro semblante, que a punta de terror y conspiraciones, traicionan el mandato que les ha entregado el pueblo.
Si, el pueblo. Aquello tan manoseado por muchos, que hoy más que siempre sufre las injusticias y pesares que imponen los patrones.
