
Hemos de dejar en claro que la violencia no viene de nuestra parte. Los verdaderos violentistas, la patronal, viste de traje y pasea por sus barrios sin siquiera notar la miseria que dejan a su paso.
No tienen derecho a llamarnos violentitas, cuando ellos son los que han roto el dialogo y los buenos tratos. El respeto se gana y no se impone.
“Hay de aquellos que críen a sus hijos en la violencia, porque la violencia de sus hijos se volverá contra ellos”
Salud!
Salud!
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